Porque no hay nada más lindo que la cordillera; sus paisajes, ríos, colores, olores y tradiciones. Compartir un mate o jarro con harina tostada con aguas frescas, limpias y llenas de minerales que en la ciudad desaparecen.
Cruzar palabras bajo la luz de millones de estrellas rodeado de un silencio absoluto; Tratar de contar las infinitas tonalidades de verdes que visten la cordillera en cualquier ángulo en que se le mire.
Asombrarse a lo lejos con animales que caminan en los lugares mas increíbles para conseguir su propio alimento o guardarse de cualquier inclemencia que se les aproxime.
Viejos de a caballo silvando al ganado y a los más fieles amigos de cuatro patas para arriar el ganado de un lugar a otro.
Mil y una son las emociones que se generan, indescriptibles cada una de ellas más sólo pueden sentirse estando ahí.
Estas son algunas de las recreaciones de todas las maravillas de 4 días de a caballo con 6 jinetes y 5 fieles perrunos.